HUGO FRANCO: FLECHAS CUBANAS QUE APUNTAN A PARÍS
Desde su comienzo en el deporte Hugo Franco ha labrado un camino de total dedicación y compromiso en el mundo del tiro con arco. Su recorrido, que comenzó en el equipo juvenil, ha culminado con la emotiva conquista de una plaza olímpica para los Juegos de París 2024.
A lo largo de esta entrevista exclusiva, Hugo comparte reflexiones íntimas sobre cómo tomó la decisión de convertirse en arquero, el profundo significado detrás de asegurar su participación en los Juegos Olímpicos, los desafíos enfrentados en competiciones internacionales como el torneo en Antalya, y el papel crucial que su familia y su entrenador, Reiter Téllez, han jugado en su camino hacia el éxito. Además, revela cómo equilibra su vida personal con la profesional mientras se prepara para el mayor desafío de su carrera deportiva. A través de sus experiencias y palabras, Hugo Franco no solo comparte una historia de perseverancia y logros, sino que también nos inspira con su mensaje de determinación y pasión para alcanzar los sueños más grandes.
¿Ser arquero?
Cuando inicié mi carrera deportiva buscaba explorar una disciplina que no solo me apasionara, sino que también desafiara mis límites físicos y mentales. El tiro con arco me atrajo por su combinación única de precisión técnica y control emocional, elementos que siempre he encontrado fascinantes y estimulantes. Desde el principio, supe que este deporte requeriría dedicación y compromiso absolutos, pero también vi en él la oportunidad de representar a mi país en competiciones internacionales y de dejar una marca significativa en el ámbito deportivo cubano.
¿Puedes revivir el momento exacto en que te diste cuenta de que habías asegurado tu plaza olímpica? ¿Qué pasó por tu mente y cómo reaccionaste?
Durante el match decisivo, estaba consciente de que cada flecha determinaba si clasificaría para los Juegos Olímpicos. Empecé fuerte, ganando puntos rápidamente, pero luego cometí algunos errores al dejarme llevar por la anticipación de la victoria y mi oponente redujo la brecha. En ese momento, me concentré en retomar mi juego, recordándome a mí mismo la importancia de mantener la calma y la concentración. Al comenzar el próximo set con el marcador en cinco a tres, ambos iniciamos con buenos tiros, sin embargo, hubo un momento crucial, él disparó un siete y yo experimenté un alivio interior al saber que tenía el margen para recuperarme.
Mi estrategia final fue clara: necesitaba disparar un diez para asegurar mi ventaja. Mi oponente respondió con otro diez, manteniendo la presión. Con diecinueve puntos en mi marcador y una flecha por disparar, me dije a mí mismo que debía hacerlo con seguridad y confianza, exactamente como lo habíamos entrenado. Era una situación intensa, sabiendo que esta flecha decidía mi boleto olímpico. Al disparar, sentí la presión, pero mantuve la calma. Fue un nueve, lo suficiente para ganar y asegurar mi clasificación.
Sentí una mezcla abrumadora de emociones: alegría, alivio y una profunda gratitud por todo el esfuerzo y sacrificio que habíamos hecho para llegar hasta allí.
En ese instante, todo el trabajo duro y la perseverancia se cristalizaron en ese logro tan significativo. Mi mente estaba llena de pensamientos sobre lo que este logro significaba para mi carrera y para mí personalmente, personificado en la oportunidad de representar a mi país en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Lo primero que vino a mi mente fueron mis padres que ya no están. Fue una emoción abrumadora, casi no podía contener las lágrimas. Participar en unos Juegos Olímpicos era el sueño de mi padre, algo por lo que había trabajado incansablemente. Para mí, este logro ha sido lo más especial, una especie de dulce victoria, aunque con un sabor agridulce. Siempre falta ese abrazo, ese momento de llegar a casa y compartir con ellos el logro alcanzado. En cada competencia, tras regresar, él estaba ahí con su sonrisa, su abrazo, diciéndome que era un campeón. Este logro se lo dedico a él. Le prometí resultados, y aunque ya no está físicamente, siento que le cumplí su deseo.
El torneo en Antalya fue intenso. ¿Cuál fue el desafío más grande que enfrentaste y cómo lograste superarlo?
El torneo en Antalya representó una experiencia nueva y un desafío significativo, especialmente debido a la presión de la clasificación olímpica. Controlar las emociones y la ansiedad bajo esa intensa tensión fue crucial. Siempre mantuve el enfoque en el trabajo que realizamos durante el entrenamiento diario. Creo firmemente que el entrenamiento diario es la base fundamental que proporciona resultados sólidos en competencia. Es donde acumulas experiencia física y técnica, y estableces la fundamentación para enfrentar competencias cortas pero intensas.
Además del aspecto físico, el control psicológico fue determinante. Aprovechar esa ventaja en el dominio mental fue crucial en ese escenario. También considero que la suerte jugó un papel importante, acompañándome en el momento justo.
Hugo Franco se llevó la plaza olímpica para Cuba en el último torneo clasificatorio a Juegos Olímpicos en Antalya, Turquía. El cubano fue el único arquero del continente americano que siguió compitiendo después de la primera ronda individual de eliminación y certificó el pase olímpico en cuartos de final al derrotar a Faez Mohammadizardkhaneh de Irán 7-3 en el quinto set.
¿Hubo algún momento en el torneo en el que sentiste dudas o inseguridades? ¿Cómo las manejaste para seguir adelante?
El primer duelo siempre es el más difícil porque es cuando “rompes el hielo”. Mi primer duelo contra el checo Richard Krejci fue muy tenso. Sentí mucha presión.Necesitaba ganar para ganar confianza y soltarme. Una vez que superé ese obstáculo, me sentí más seguro en los siguientes partidos.
Personalmente no suelo experimentar inseguridad de manera frecuente. Sin embargo, ocasionalmente puede surgir un leve temor, como el miedo a cometer un mal disparo o perder una flecha. Pero creo que es algo normal que puede pasar. La clave está en reconocer rápidamente esos pensamientos negativos, rechazarlos y mantener la confianza en mi preparación. Es importante aceptar la idea, tranquilizarse y recordar que, incluso si algo sale mal, no es el fin del mundo. En el deporte, especialmente en el tiro con arco, el control mental y emocional es fundamental.
¿Qué papel ha jugado tu familia en este logro y cómo han influido en tu carrera?
He tenido la oportunidad de participar en cuatro ciclos preolímpicos: en 2012, 2016, 2021 y ahora en 2024, con competencias continentales y mundiales clave como la reciente en Turquía. El apoyo de mi familia ha sido fundamental a lo largo de estos años. Siempre que terminaba una competencia, lo primero que hacía era llamar a mi papá para contarle cómo me había ido, y su apoyo incondicional siempre significó mucho para mí. Ahora, en esta nueva etapa de mi vida con mi esposa y mi hijo, y con una niña en camino, el apoyo de mi esposa ha sido extraordinario. Ella ha hecho muchos sacrificios al mudarse conmigo a Pinar del Río, dejando atrás su ciudad natal. Aunque hemos enfrentado desafíos y discrepancias, nunca me ha pedido que elija entre el deporte y la familia. Su experiencia como deportista comprende mis prioridades, y me ha alentado a seguir adelante, incluso cuando consideré dejar el deporte para dedicarme más a la familia. Su apoyo y comprensión han sido fundamentales para mí en esta temporada, y valoro enormemente su motivación para que continúe persiguiendo mis sueños deportivos.
La preparación mental es crucial en competencias de alto nivel. ¿Qué técnicas o rutinas sigues para mantenerte enfocado y tranquilo bajo presión?
La preparación mental es crucial en mi carrera deportiva. Para mantenerme enfocado y tranquilo bajo presión, sigo varias técnicas y rutinas. Una de las más importantes es la visualización. Antes de cada competencia importante, visualizo cada detalle: desde el momento en que llego al campo hasta cada uno de mis disparos perfectos. Esto me ayuda a familiarizarme con el entorno y a sentirme más confiado cuando llega el momento de competir. Además, trabajo mucho en el control de la respiración y en técnicas de relajación para mantener la calma en situaciones intensas. La gestión del tiempo también es crucial. Aprendí a manejar la presión del tiempo durante las competiciones y a concentrarme en cada disparo, bloqueando distracciones externas. Todo esto forma parte de mi preparación integral, no solo física, sino también mental, para asegurarme de rendir al máximo en cada evento importante.
Tu entrenador Reiter Téllez ha sido una figura clave en tu carrera. ¿Cómo describirías su influencia en tu desarrollo como arquero y como persona?
Reiter ha sido fundamental. Comencé con él desde el equipo nacional juvenil y siempre ha sido un pilar en mi vida. Es como un segundo padre para mí. Siempre me recuerda que debemos seguir trabajando duro, incluso después de grandes logros. Estoy eternamente agradecido por su guía y apoyo.
¿Qué esperas de París 2024?
El objetivo es estar listo para competir al máximo nivel, pero más allá de lo netamente deportivo, espero inspirar a otros arqueros cubanos y demostrar que, con dedicación y trabajo duro, los sueños pueden hacerse realidad. Quiero representar a mi país con orgullo y dar lo mejor de mí.
Estar en Paris es también el resultado de vencer muchos desafíos ¿Qué mensaje dejas a las personas que como tú enfrentan obstáculos en la búsqueda de alcanzar sus sueños?
En el deporte, especialmente, tienes que estar dispuesto a trabajar duro, de manera consciente y constante. Es necesario sacrificar muchas cosas: fiestas, tiempo libre, incluso parte de tu juventud. Pero cuando lo haces con pasión y un objetivo claro, y cuentas con el apoyo de tu familia y seres queridos, y finalmente logras tus metas, te das cuenta de que todo el esfuerzo ha valido la pena. Por eso, mi consejo es simple: trabaja, trabaja y mantén esa mentalidad perseverante. Para marcar la diferencia, hay que estar dispuesto a hacer cosas diferentes, y ahí radica la clave de todo el éxito en mi carrera y en la vida en general.
Hugo Franco es el séptimo arquero cubano en participar en unos Juegos Olímpicos. Anteriormente, habían logrado la ansiada plaza Juan Carlos Stevens, Ismely Arias, Yaremis Pérez, Edisbel Martínez, Maydenia Sarduy y Adrián Puentes.
Hugo no solo representa a Cuba en el mundo del tiro con arco, sino que también es un ejemplo de cómo se pueden convertir los obstáculos en oportunidades. Estamos seguros de que seguirá dejando huellas en su camino hacia los Juegos Olímpicos, inspirando a muchos a perseguir sus propios sueños con el mismo fervor y convicción.
El tiro con arco en los Juegos Olímpicos de Paris 2024, comenzará el 25 de julio con las rondas del ranking individual en ambas ramas, y continuará el 28, con los demás eventos, hasta el 4 de agosto, en la explanada de los Inválidos.
Escrito por Lilyan Cid
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